Covid 19 en mascotas
La OIE (Organización mundial de sanidad animal) sugieren que el COVID-19 tiene origen animal y aunque no hay evidencia científica del origen de la transmisión si hay similitud genética con un virus procedente del murciélago de herradura. Esta misma organización y La OMS (Organización mundial de la salud) descartan que los animales de compañía puedan transmitir la enfermedad; pero realmente inquieta la escasa información que hay del origen y cuál debería ser el manejo para darle y en este mismo escenario científico se han analizado las preferencias gastronómicas en la zona del origen del virus y de este nacen muchas hipótesis y teorías que convergen en el mismo punto, en cambiar hábitos y tradiciones.
Aunque no es el momento para atacar la tradición de los pueblos de Asia, ya que tienen toda una argumentación cultural, creo que si es hora de entender el nuevo entorno que vivimos los cuales distan ambientalmente de nuestros antepasados, el IPCC Panel Internacional sobre Cambio Climático en 2018 informó que este siglo se ha incrementado 1°C la temperatura mundial a un ritmo de 0,2°C por década; y aunque muchos dirán que un grado centígrado no es nada, para el mundo de la microbiología marca un nuevo entorno favorable para nuevos patógenos y graves alteraciones en microorganismos “benéficos” que hacen parte de la piel, sistema digestivo y muchos otros sistemas.
Efectivamente este cambio climático afecta a todos los seres vivos del planeta entre ellos los microorganismos de todas las especies hasta los animales silvestres que además de ver disminuido su entorno al verse limitados de espacio y de comida, se ven sometidos a stress empeorando el panorama. Después de un sondeo en redes sociales fue claro notar el descontento de muchos por el consumo de especies exóticas por la población asiática y de allí el posible origen del foco de la pandemia pero en Colombia no somos ajenos a ello, ya que tenemos costumbres y hábitos de consumir especies silvestres que aparte de tener un gran impacto a nivel ambiental pueden llegar a afectar muy seriamente la salud de todos en el país y en el mundo.
Consumir Armadillo, huevos de iguana, hicoteas (tortugas que se consumen tradicionalmente en semana santa), babillas y muchas más especies que en cada una de las regiones las cuales les atribuyen propiedades especiales pueden llegar a ser un gran atentado a la salud pública; La caza indiscriminada y el tráfico de estas especies debe ser condenada con rigurosidad por el gobierno nacional y ser estrechamente vinculadas a los planes de control a la salud pública que adelanta el ministerio de salud. Todas estas circunstancias con el COVID-19 nos ha cambiado la manera de pensar, y ciertas tradiciones no son la excepción, ya que los microrganismos que normalmente hacen parte de los seres vivos están cambiando por factores ambientales y aunque no haya pasado nada hasta ahora no quiere decir que no va a pasar, por eso reitero que es momento de tomar cartas en el asunto y evitemos que Colombia sea el próximo Wuhan y el origen de una nueva pandemia.
M.V Fabian Bedoya Cruz